
Esta es la última semana de 48 semanas (11 meses) de entrenamiento para un reto físico absurdo que me puse en enero.
El sábado voy a correr aproximadamente 120km en 24hrs.
Con sólo eso ya parece absurdo, pero lo más absurdo es que antes de enero no era corredor.
Tengo miedo. Durante todo el año he tenido que hacer algo que no he hecho antes realmente: correr. Y correr mucho.
Es tan absurdo y da tanto miedo que a mis conocidos maratonistas que les he contado el reto me han dicho que estoy loco.
¿Ven un paralelo?
Cuando decidimos fundar startups decidimos hacer cosas que nunca hemos hecho antes. Por más que hayamos fundado startups antes, la nueva startup siempre es diferente. Siempre da miedo.
Y no sólo eso, también nuestros conocidos nos dicen que estamos locos.
Quiero contarles algunas de las cosas que he aprendido entrenando para este reto y enseñanzas que se pueden aplicar a cualquier proceso difícil, incierto y que requiere compromiso por mucho tiempo (como fundar startups).
Cómo decidir hacer algo tan difícil
Comencé a pensar en hacer este reto en agosto del 2024 y pude poner en firme la decisión en enero 2025.
Decidir hacer algo así no es sólo decidir correr 120km en 24hrs. Es decidir:
- Entrenar 5-6 veces por semana durante 11 meses aunque no tenga ganas
- Dedicar recursos económicos a lo que sea necesario (ropa, nutrición, fisioterapia, entrenamiento, etc)
- Buscar ayuda de otras personas tanto profesionales (nutrición, entrenamiento) y asegurar que también quieran hacer un proceso así de largo y como ayuda de vida y personas que me pudieran ayudar con mi hija, etc.
- El costo de oportunidad: cada recurso de tiempo, dinero y energía que use para esto no lo voy a poder usar para otra cosa.
Al final decidí hacer esta inversión de recursos porque es un proyecto que se alinea mucho con la vida que quiero vivir.
El mismo proceso deberíamos de llevar para decidir fundar una startup. Es un proceso difícil, largo, que requiere recursos y apoyo y que, definitivamente, tiene costo de oportunidad.
Fundar una startup no debería ser únicamente la emoción de hacer algo muy difícil que nos puede dar un premio gigantesco, debería de también ser una decisión de cómo vamos a invertir nuestros recursos a mediano/largo plazo y de cómo queremos vivir nuestros día a día durante el proceso.
Entre más seguros y confiados estemos de esta decisión mejor vamos a poder llevar el proceso.
Cuidado con medir las métricas equivocadas
Cuando comenzamos a entrenar, mi entrenador fue muy paciente en explicarme que la mayoría de los entrenamientos los iba a basar en un porcentaje de mi frecuencia cardiaca máxima (la famosa Zona 2). Es una buena manera de prescribir entrenamientos porque permite individualizar el esfuerzo para cada persona según sus capacidades y limitaciones.
Es clave, para este entrenamiento, mantenerse dentro de los rangos de la métrica del entrenamiento. Menos esfuerzo del indicado y no hay progreso. Más esfuerzo del indicado y nos podemos quemar o hasta lesionar.
Comencé a entrenar y comencé a cometer un error. A pesar de que sabía la métrica que tenía que seguir, comencé a guiarme por mi “pace” o velocidad. Fue puro ego.
Comencé a correr más rápido y, consecuentemente, me pasé de lo que mi entrenador me había programado. Quedaba agotado. Me costaba recuperarme para la próxima corrida. Pero, lo peor de todo es que me comenzó a dar miedo correr. Me daba miedo salir y saber que se iba a sentir horrible.
Por dicha lo atajamos a tiempo y pude ajustarme a las métricas correctas, las que aseguraban que iba a tener progreso, que iba a poder ser constante, que no iba a odiar mis entrenamientos y con las que no me iba a lesionar.
Lo mismo pasa con startups.
Cuando iniciamos una startup es natural querer perseguir métricas que se vean bien en un deck: datos de mercadeo, ventas, dinero levantado, etc. Pero esas métricas no son las que generan progreso al inicio. Podemos vender mucho de un producto que no es el correcto o a los clientes equivocados. Podemos tener un alcance increíble, al público que no es.
Perseguir esas métricas puede llevar a burnout igual que entrenando. Perseguir esas métricas nos puede llevar a dejarlo todo tirado.
Hay otras métricas que nos pueden llevar a ser más constantes al inicio, progresar mejor y no asustarnos. “Cantidad de conversaciones con posibles clientes”, por ejemplo. “Cantidad de ideas de soluciones generadas y descartadas”; “Cantidad de personas que dieron feedback sobre un MVP”; etc, etc.
Es clave saber cuáles son las métricas necesarias para comenzar el proceso. Perseguir las erróneas puede matar el camino.
Claro, ya unos meses después cuando había construido una base de corrida comencé a medir la velocidad y tratar de mejorarla, pero de manera sana. Llegaremos a medir ventas — pero todo a su tiempo.

No hay nada más importante que la habilidad de solucionar
La vida no se acomodó para hacer mi proceso más fácil. He estado corriendo 10 horas por semana, siendo papá, con trabajo tiempo completo (plus) y la pura verdad la mayoría de los días es más fácil nada más no salir a correr.
Tengo que dormirme temprano, comer a cierta hora y cierta cantidad, recuperarme como si fuera mi único trabajo, pero también atajar alertas rojas del trabajo, idas al hospital de mis papás, enfermedades de mi hija. Tengo que solucionar.
El progreso viene de la constancia, no de esfuerzos heroícos y efímeros, y esa constancia requiere que tenga la habilidad resolver. No importa qué tan rápido sea, o qué tan fuerte o cuántos recursos tenga para comprar la mejor ropa y pagar el mejor entrenador si no entreno constantemente.
Tengo que resolver cosas de manera anticipada: planear corridas en viajes de trabajo, durante las vacaciones de la escuela, etc. Pero también tengo que resolver en el momento: amaneció lloviendo, mi hija amaneció enferma, hay un problema en el trabajo y hasta solo: me desperté agotado.
Si no tengo el chip de resolver no voy a entrenar constantemente.
Tu startup requiere la misma constancia. Una startup no se resuelve en un sprint de un mes, se resuelve en trabajo constante de años, aprendiendo a resolver cada nuevo obstáculo que va apareciendo.
Tendrás oportunidad de planificar para los obstáculos previstos: problemas regulatorios, financiamiento, crecer al equipo, entrar a un mercado. Pero también tenés que tener la habilidad de solucionar en el momento: se cayó el servidor, renunció mi mejor vendedor, retiraron la oferta de inversión, etc.
Desarrollar la habilidad de resolver, más que tu inteligencia, tus habilidades técnicas y tus recursos, es lo que te va a hacer crecer en el proceso.
Cómo lidiar con no tener resultados garantizados
Este sábado pongo a prueba 11 meses de entrenamiento y la pura verdad no sé qué va a pasar.
Nunca he hecho esto. Voy a correr más de 120km en 24 horas y lo más que corrí en entrenamiento fueron 90kms en una semana. El sábado es terreno totalmente desconocido y estos días me siento muy incierto porque no sé qué va a pasar.
Pero es parte del proceso.
Es imposible predecir los resultados antes de hacerlo. Por más planificación, por más proceso, por más constancia, el sábado puede pasar cualquier cosa. Puede venirse un huracán, puede salir un perro rabioso a morderme, me puedo caer o cualquier otra eventualidad impredecible. También puede ser que yo física o mentalmente no logre el reto. Es posible.
Ahora sólo queda confiar en el proceso, en mis habilidades de resolver y, sobre todo, estar feliz por el año de mi vida que dediqué a algo que era muy importante para mí y el crecimiento que tuve sin importar el resultado final.
En el mundo de startups nadie nos puede asegurar un resultado. Los founders más increíbles han fallado. Los mercados han tomado ideas que todos creyeron que eran increíbles y han dicho que no. No podemos asegurar un resultado y, entonces, no deberíamos de comenzar el reto de fundar una startup sólo por el resultado.
Deberíamos de saber que, pase lo que pase, una startup depende de más que solo nosotros y que, pase lo que pase, lo que aprendemos y crecemos y disfrutamos el proceso es lo que nos llevamos hacia adelante.
Voy con miedo para el sábado, pero voy más orgulloso de todo lo que aprendí, crecí y viví este año. Todo eso me lo llevo a todas las otras partes de mi vida. Me va a ayudar a ser mejor papá, mejor profesional, mejor amigo y mejor persona.
Esa es la meta de hacer retos absurdos.
¡Vamos!
