No trabajés duro, trabajá inteligentemente

Hace unos días, nuestro equipo de Comunicación compartió el artículo “How I Spent 17,784 Hours in 5 Years as a Startup Founder” de First Round Review – lectura recomendada para todos en las trincheras de construir su empresa.

Les dejo el TLDR: Sam Corcos, co-founder y CEO de Levels, reflexiona sobre cómo pasó cinco años construyendo una startup sin tener claridad suficiente sobre lo que realmente estaba funcionando, ni por qué.

Su conclusión: trabajar duro no es suficiente. Si no estás midiendo, no estás aprendiendo. Y si no estás aprendiendo, estás repitiendo errores.

Una frase en particular me quedó grabada: “Hay una cantidad ilimitada de problemas en una startup. Identificar cuáles valen la pena resolver y con cuáles simplemente tienes que aprender a vivir determina si tu empresa tiene éxito o fracasa.”

Esa es precisamente la diferencia entre trabajar mucho y trabajar inteligentemente.

Cómo Senior Investment Associate en Caricaco Ventures, veo esta historia repetirse todo el tiempo. Fundadores excelentes, comprometidos, incluso obsesionados con resolver un problema real… pero sin el hábito de registrar, analizar y tomar decisiones basadas en datos.

Y no me refiero solo al mal hábito de registrar KPIs únicamente para reportar a sus inversionistas o a su junta directiva. Me refiero a la medición y análisis de datos como una cultura interna de autoconocimiento y mejora continua.

¿Estás ocupado o estás tomando decisiones inteligentes?

En nuestra región, donde los recursos son limitados y las oportunidades hay que construirlas con mucho esfuerzo, es común pensar que la única forma de avanzar es trabajando más.

Pero si el tiempo de un fundador se va en apagar incendios, resolver lo urgente y operar en automático, nunca queda espacio para lo importante: tomar decisiones estratégicas informadas.

Lo que distingue a los equipos que escalan exitosamente de los que se estancan no es quién trabaja más horas, sino quién convierte sus operaciones en sistemas que aprenden. ¿Qué significa eso en la práctica?

  • Registrar por qué una venta se ganó o se perdió.
  • Medir cuántos leads realmente convierten por canal y ajustar en tiempo real.
  • Revisar con frecuencia cuánto cuesta servir a cada cliente, no solo cuánto se factura.
  • Documentar las hipótesis detrás de cada nueva funcionalidad del producto y validarlas con entrevistas a clientes/usuarios finales.

En el portafolio de Caricaco Ventures, tenemos equipos que registran y analizan datos de forma muy inteligente. El CEO de Zunify, por ejemplo, mantiene un dashboard con las métricas más relevantes para el negocio, actualizadas en tiempo real.

Detrás de ese dashboard existe un sistema de integraciones complejo que permite que la información necesaria para la toma de decisiones se refleje de forma centralizada – permitiendo al CEO evaluar con recurrencia la data y tomar decisiones estratégicas.

Una cultura de datos sólida es lo que permite que el norte estratégico se mantenga claro, a medida que la empresa crece y los fundadores ya no pueden estar involucrados en cada decisión o proceso operativo. Esa cultura es la brújula que guía a los equipos, incluso en medio de la incertidumbre y el caos natural del crecimiento.

Lo que ser mamá me enseñó sobre eficiencia (y por qué importa para tu startup)

Desde hace 15 meses, también soy mamá. Y habiendo sido founder de una healthtech varios años atrás, me he dado cuenta que ser mamá se parece bastante a ser founder: no hay manual, las decisiones (y retos) son constantes, y el tiempo y la energía siempre parecen escasos.

¿Mi forma de sobrellevarlo? Aplicar lo que predico como inversionista: usar datos.

  • Hacer seguimiento de rutinas y patrones de sueño de mi hija me ayudó a entender cómo estructurar mis días y reservar las horas más productivas para trabajar.
  • Medir cuánto tiempo paso respondiendo correos o en reuniones me hizo consciente de cuántas distracciones puedo reducir para enfocar mi tiempo en mis tareas prioritarias: evaluar nuevas inversiones y brindar acompañamiento estratégico al portafolio.

No es control obsesivo, es trabajo con intención. Es entender que realmente no se puede mejorar lo que no se mide y que no hay decisiones perfectas, pero sí decisiones informadas.

¿Buscas inversión? Enfócate en recolectar y procesar más y mejores datos.

Desde Caricaco Ventures, uno de los elementos que más valoramos al evaluar una inversión es si el equipo tiene claridad sobre sus indicadores y un hábito constante de analizar su desempeño.

Y no estamos hablando de vanity metrics, sino de datos clave que permitan reflexión, delegación, automatización y priorizar el tiempo del equipo en lo que realmente mueve la aguja. ¿Qué aprendieron este trimestre? ¿Algo cambió a partir de eso? ¿Cuáles procesos están optimizando?

No porque nos interese un dashboard bonito, sino porque esos hábitos indican que el equipo no solo ejecuta, sino que aprende. Y una startup que aprende es una startup que tiene mejores probabilidades de crecer.

En resumen

No tenés que tener todo resuelto. Pero sí deberías tener claro qué estás midiendo y por qué. Cada hora que dedicas a entender tu negocio desde los datos es una hora que te acerca más a decisiones que hacen la diferencia.

Como mamá y como inversionista puedo asegurar que no se trata de hacer más, se trata de hacerlo mejor.


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